viernes, 30 de abril de 2010

De comienzos y finales.

En esta vida pasan muchas cosas, y todo puede pasar en menos de lo que uno se imagina. Es totalmente sorprendente la forma en que la vida nos pone las cosas delante y, a base de encuentros y desencuentros, vámos forjando el día a día.

Hoy quiero escribir acerca de los comienzos y los finales, de los momentos y ciclos que hay en nuestras vidas, de cómo podemos elegir comenzar y terminar las cosas. Por que, a final de cuentas eso es la vida, una serie de elecciones.

¿Por qué hablo de comienzos? Fácil, estoy en una etapa de la vida en la que (afortunadamente) estoy comenzando muchas cosas y esperando por comenzar muchas más. Para mí, el simple hecho de comenzar algo es tan emocionante como el llevarlo a cabo, porque no importa qué sea o cómo se dé, todos los viajes son emocionantes y siempre terminas aprendiendo algo.

Un ejemplo clarísimo lo tengo en mi curso de Dirección de Arte. Yo elegí comenzarlo (un tanto como terapia ocupacional) y soy de lo más feliz de hbaer empezado a adentrarme en ese mundillo que es tan nuevo pero que a su vez parece tan conocido. Otro ejemplo, ayer fui al #FlexAndBeer sin tener ni idea de que diablos se trataba, y me la pasé de lo mejor; no sé si el ambiente, la compañia o que sé yo, pero definitivamente ayer comencé algo nuevo en mi vida.

Pero por otro lado tenemos los finales, que muchas veces se conjugan en cierres de ciclos y de etapas de la vida. En lo personal hace no mucho tiempo pasé por una etapa bastante dolorosa, pero elegí no sufrir más y terminar con ese ciclo; y ¿cómo lo terminé?, pues eligiendo dejar lugar en mi vida para iniciar cosas nuevas.

Y claro, no todos los inicios o finales son profundamente emocionales, ni son de una carga emotiva enorme; también tenemos esos inicios que nunca terminamos: como levantar el cuarto, cocinar algo nuevo, aprender a manejar, etc. En fin, lo que creo que estoy tratando de decir es que la vida se da a base de elecciones, de inicios y de finales, y todo es un ciclo... y todo el ciclo es de lo más emocionante.

Por cierto, debería aprender a manejar...