Nadie nunca ha dicho que las relaciones de pareja son fáciles, y menos para alguien como yo. Encontrarme de pronto en mi primera relación, esperando que sea la última no es algo que ahí afuera se consideraría precisamente "normal". Y es que tampoco es normal que estas primeras semanas sean tan maravillosas, y menos cuando uno se encuentra en un mundo donde lo maravilloso pocas veces se ve, y mucha menos se vive.
Ahora sé que todas aquellas personas que dijeron que 'hay que esperar a cuando comienzen a pelear' tenían razón, pero eso sólo me permite tener una clara idea en la cabeza de lo que quiero esperar de la vida: momentos buenos, momentos malos, momentos alegres y tristes, momentos donde todo fluye, pero también momentos donde haya retos que superar. Después de todo, la vida sería un tanto aburrida si no tuvieramos sorpresas y pequeños giros que alteren nuestro andar.
Esta ha sido una semana difícil, muchas cosas han pasado, pero gracias a eso he empezado a comprender que el amor no sólo se construye sobre virtudes del otro y buenos momentos que se pasan acompañándose mutuamente, sino que igual incluye el conocimiento de los defectos de uno mismo y de la relación, el trabajo para resolver los retos, la capacidad de poder hablar de esas cosas.
Yo como todo el mundo, tengo cosas buenas y no tan buenas, momentos fáciles y difíciles, días buenos y días malos, noches en que duermo plácidamente y otras en las que no tanto; y también como muchas personas, debo de aprender a conocerme y a reconocerme en otro, a controlar los impulsos que me llegan, a dejar de tener miedo a lo que pueda suceder, a ser feliz; aprender tantas otras cosas hay afuera, en el mundo, las buenas y las malas, las que me hacen ser y las que hacen ser a los otros, las que sólo suceden 'por que sí' y las que suceden 'por algo'. Después de todo, yo sólo alguien que está aprendiendo a vivir.... a vivir y a contruir algo junto a ti.
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