lunes, 24 de mayo de 2010

Soñar.

Siempre hemos escuchado que soñar no cuesta nada y, en lo personal, creo fervientemente en ello. Soñar es una de las partes más importantes de mi día, no importa si sueño mientras duermo o, mejor aún, si sueño despierto.

Sueños tengo muchos: sueño con hacer grandes cosas en lo profesional, sueño con viajar a algún otro país, sueño con amar y ser amado, sueño con convertirme en una mejor persona.

Lo increíble de los sueños es que muchas veces existe la posibilidad de volverlos realidad, de intentarlo y de lograrlo. A mi me gusta soñar de casi todo, porque inevitablemente los sueños son como películas: hay de drama, de terror, de romance y hasta musicales.

¿Por qué estoy escribiendo de los sueños? Tal vez será que este fin no descansé entre sueños y dejá-vus, y hoy soñé despierto y sentí algo muy padre, me sentí feliz y ví la posibilidad de cumplir un sueño. Lo malo es cuando no nos animamos a cumplir esos sueños; y desafortunadamente yo sé de eso.

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